Como educadores, debemos esforzarnos en enseñar a nuestros alumnos que existe una —y solo una— verdad. Esta labor, aunque ardua, es esencial y factible. A través de la educación en periodismo investigativo y alfabetización emocional, los estudiantes aprenden a contrastar fuentes, eliminar estereotipos y propaganda, decodificar mensajes, analizar las intenciones del autor y comprender cómo se impacta a los destinatarios. Asumir la tarea de ‘romper moldes’ o de aportar historias originales a una percepción banalizada o estereotipada los lleva a ser críticos y vigilantes ante el control de la información. Se convierten en observadores de la realidad y de los medios, con una actitud de búsqueda y análisis que favorece el pensamiento crítico y creativo, así como su autonomía y protagonismo en la toma de decisiones (Consell De L’Audiovisual De Catalunya, 2020).
La información es un derecho humano y un pilar de la democracia. Cualquier restricción, ya sea por censura o mala información, coarta la libertad de los ciudadanos, afectando causas como la justicia y la equidad. En este contexto, es imprescindible que los estudiantes desarrollen una vocación crítica a través del aprendizaje del periodismo. El periodismo profesional debe emitir información veraz, con el equilibrio y el enfoque adecuados, a través de diversos dispositivos y plataformas. En la actualidad, la inmediatez y el afán de ser el primero en dar la noticia han perjudicado el proceso de revisión y validación del dato, presentando un reto para los lectores de buscar estrategias para encontrar la noticia veraz (Consell De L’Audiovisual De Catalunya, 2020).
El periodismo investigativo genera conocimiento social, actuando como mediador entre la realidad y el lector. A diferencia del periodismo de judiciales o de orden general, el investigativo no espera que las noticias le sean reveladas; el periodista se interna en su búsqueda, cuestionando el sentido del dato a recabar y armando sus propios conjuntos. Su estatuto epistemológico es el hecho comprobado, resultado del análisis de hechos desconocidos, comparado con versiones oficiales y desmentidas o confirmadas por otras fuentes (Hunter, M. 2012).
El periodismo investigativo es el género que más contribuye a dar a conocer problemas contemporáneos, señalando sus causas y orientando hacia soluciones. Es una herramienta poderosa de construcción de conocimiento para los estudiantes, ya que propicia el tratamiento de temas no resueltos o imprecisos, proporcionando elementos para identificar y comprender situaciones, plantear hipótesis y valorar la labor periodística como acto social (Ramírez-Montoya, Castillo-Martínez, Sanabria-Z. y Miranda 2022).
Desarrollar habilidades en periodismo investigativo implica adquirir destrezas para utilizar un amplio espectro de recursos de información. Según la metodología del marco de Herramientas de Periodismo de Investigación en Estados Unidos, los estudiantes pueden aprender destrezas reconocidas en el campo educativo, como la reunión superior de términos topográficos, acceso a bases de datos de dominio público y uso de fuentes confiables para fundamentar sus publicaciones (Pascual, 2004).
Un análisis sistemático de estudios de periodismo destaca la necesidad de enseñar habilidades de alfabetización informacional, que incluyen la evaluación crítica de las fuentes y la organización de la información. Estas habilidades son esenciales tanto para el periodismo investigativo como para el desarrollo de competencias en la interpretación y verificación de la información en los estudiantes (Hallin & Mancini, 2004; Hanusch, 2018).
La adquisición de habilidades de periodismo de investigación desarrolla destrezas relacionadas con la competencia digital, aplicables en numerosos ámbitos. Además, motiva a los estudiantes y mejora su capacidad para inferir y generalizar desde su propia base teórica. Las habilidades adquiridas en periodismo investigativo pueden transferirse a otros temas escolares, mejorando la motivación y el rendimiento académico de los estudiantes (Hunter, M. 2012).
El periodismo investigativo promueve habilidades de pensamiento complejo, como la capacidad de reflexionar sobre mitos y prejuicios sociales. Estas habilidades permiten a los estudiantes valorar la información, adquirir conocimientos culturales y ser políticamente activos (Ramírez-Montoya, Castillo-Martínez, Sanabria-Z. y Miranda 2022)
La alfabetización emocional es fundamental para el desarrollo integral de los estudiantes. Implica la adquisición de competencias emocionales y sociales, como la regulación emocional, empatía, asertividad y autocontrol. Estas habilidades permiten a los estudiantes enfrentar conflictos, acoso escolar y otras situaciones difíciles, mejorando su ajuste escolar y su desarrollo emocional (Ruler. 2023).
El autoconocimiento y el autocontrol son esenciales para la inteligencia emocional. Ayudan a los estudiantes a manejar sus emociones, pensamientos y relaciones, lo que repercute en la solución de problemas y en la transición al mundo adulto (Goleman, 1995).
La combinación de periodismo investigativo y alfabetización emocional desarrolla una inteligencia emocional que neutraliza esgrimas persuasivas irracionales. Promueve la empatía y la tolerancia, esenciales para comprender y analizar problemas sociales desde diferentes perspectivas (Pascual, 2004).
La educación periodística y emocional promueve el desarrollo humano integral, fomentando valores esenciales y específicos. Estas habilidades ayudan a los estudiantes a comprender y debatir problemas sociales, convirtiendo sus emociones en acciones constructivas (Consell De L’Audiovisual De Catalunya, 2020).
Es fundamental trabajar las inteligencias emocionales y el periodismo investigativo. Estas habilidades permiten a los estudiantes ser críticos, autónomos y responsables. La educación en periodismo investigativo y alfabetización emocional tiene un impacto potencial en la sociedad, formando ciudadanos críticos y participativos, esenciales para la democracia y el desarrollo humano (Consell De L’Audiovisual De Catalunya, 2020).
Enseñar a los estudiantes a analizar mensajes y noticias les convierte en ciudadanos informados y críticos. Estas habilidades les permiten tomar decisiones fundamentadas y enfrentar los desafíos de la sociedad contemporánea Hunter, M. (2012).
Referencias
Ruler. (2023). Social and Emotional Learning and Early Literacy Skills: A Quasi-Experimental Study of RULER. Education Sciences. Recuperado el 27 de junio de https://go.gale.com/ps/i.do?id=GALE%7CA751870891&sid=sitemap&v=2.1&it=r&p=AONE&sw=w&userGroupName=anon%7E31d7e345&aty=open-web-entry
Consell De L’Audiovisual De Catalunya. (2020). La información veraz y contrastada en la sociedad democrática. Informe Anual de Medios. Recuperado el 28 de junio de https://www.cac.cat/sites/default/files/2021-10/Informe%20del%20sector%20Audiovisual%20de%20Catalunya%202020.pdf
Goleman, D. (1995). Emotional Intelligence. Bantam Books. Recuperado el 27 de julio de https://asantelim.wordpress.com/wp-content/uploads/2018/05/daniel-goleman-emotional-intelligence.pdf
Ramírez-Montoya, M. S., Castillo-Martínez, I. M., Sanabria-Z., J., & Miranda, J. (2022). Complex Thinking in the Framework of Education 4.0 and Open Innovation. Journal of Open Innovation: Technology, Market, and Complexity, 8(1), 4. Recuperado el 28 de junio de https://repositorio.tec.mx/handle/11285/643380?show=full
Hallin, D. C., & Mancini, P. (2004). Comparing media systems: Three models of media and politics. Cambridge University Press.
Hanusch, F. (2018). Journalism as a practice profession. In The handbook of journalism studies (2nd ed., pp. 189–205). Routledge.
Hunter, M. (2012). The global investigative journalism casebook. UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000217636
Pascual, J. (2004). Herramientas de Periodismo de Investigación en Estados Unidos. Revista de Investigación Periodística.
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